Quién soy
De formación base, soy psicóloga general sanitaria, especialista en Altas Capacidades y Sensibilidades y Desarrollo del Potencial Humano. Años después de terminar la carrera de psicología sentía que la psicología que me habían enseñado le faltaba algo esencial que nos caracteriza como seres humanos: la espiritualidad. Así que me formé como terapeuta transpersonal y como terapeuta regresiva.
Además de ello, ya de pequeña sentía que me llegaba información pero yo sabía que no venía de mi mente, ni tampoco la había leído en libros… años más tarde descubrí que esa información me llegaba sin querer porque era capaz de acceder de forma natural a los Registros Akáshicos, esa biblioteca del alma que existe en otro plano donde está recogida toda la información del universo. Así que, a pesar de que me salía de forma natural acceder a ellos, me formé para abrirlos y poder usarlos con más consciencia en mis acompañamientos.
Gracias a todo ello supe que más que psicóloga al uso, soy una terapeuta de la luz, porque integro herramientas de disciplinas tan diferentes como la psicología tradicional y transpersonal, la terapia regresiva, los Registros Akáshicos o uso mis propios dones, con el único fin y propósito de acercar a quien acompaño a su esencia; al Amor.
Como evolucionó este proceso de Identificación y cómo empecé a poner mis dones más sensibles al servicio
Empecé haciendo Identificaciones de Altas Capacidades como normalmente se hace en cualquier consulta de psicología, desde un prisma exclusivamente científico, con cuestionarios de inteligencia, de personalidad, etc.
El caso es que había veces que en las Identificaciones ocurría algo mágico. Me llegaba información que no se veía reflejada en ninguno de los cuestionarios. Ni tampoco relacionada con algo que me hubiera contado la persona en la primera sesión de entrevista.
No sé por qué lo sabía, pero lo sabía. Así que yo, con total naturalidad me atrevía a compartirlo con cautela con la persona, y bajo mi sorpresa era una información que resonaba bien hondo en el corazón de mi acompañada.
Así que me di cuenta que lo que estaba ocurriendo era que estaba poniendo mis dones al servicio, sin darme cuenta, sin ser demasiado consciente.
Esa niña observadora que de pequeña lo captaba todo, de algún modo estaba ahí. Esa Inma de 22 años que con solo una foto adivinaba cómo era el chico que estaba conociendo su mejor amiga, también estaba ahí. Estaba ahí para ponerlo al servicio de algo mayor. Ya no era solo un juego, es que estaba viendo el alma de la persona. Su esencia. Su brillo y lo que le hacía ser única.
Así que decidí hacerlo conscientemente e incluir en las Identificaciones el componente canalizado, y pedirle a la persona una foto suya donde se le veían bien los ojos y permiso para poder asomarme a la ventana del alma. Así nacieron las Identificaciones de Altas Capacidades, dones y potenciales desde un punto de vista científico y espiritual.
Sin embargo, tras un tiempo acompañando a muchas almas, me di cuenta de algo que mi corazón ya sabía:
Todo el mundo es un genio.
Todo el mundo tiene cualidades, dones y talentos únicos; y eso es lo que hace de cada persona un ser especial. Todo el mundo tiene un genio dentro porque todo el mundo “tiene” esencia, el lugar de donde nacen los dones y los potenciales.
No todo el mundo tiene Altas Capacidades manifiestas, pero si todo el mundo tiene un genio dentro. Esa es la diferencia entre una persona con Altas Capacidades y la que no. La persona con Altas Capacidades, por su recorrido de vidas, tiene más presente esos dones en esta vida, lo cual se expresa como un potencial despierto. La que “no tiene” Altas Capacidades es que se ha olvidado de cuales son sus mejores cualidades, sus dones y potenciales y permanecen dormidos en su alma.
Aunque el proceso de identificación que hago actualmente también identifica unas posibles Altas Capacidades, no importa tanto si tienes Altas Capacidades o no. Lo que importa son tus dones, y si decides hacer algo con ese potencial de Dios que tienes dentro de ti.

